AUTÓNOMO vs SOCIEDAD " HE AHÍ LA CUESTIÓN" - MCGURASESORES.COM
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AUTÓNOMO vs SOCIEDAD » HE AHÍ LA CUESTIÓN»

He aquí una de las dudas más frecuentes y difíciles de abordar para un nuevo emprendedor ¿Qué es mejor ser autónomo o sociedad?. Pues siento decirte que no hay una respuesta absoluta para ello. Todo depende de múltiples variables. En este artículo vamos a dar respuesta a esta pregunta y vamos a analizar con gran detalle los pros y contras. Principalmente hay tres variables que van a condicionar la decisión final:

1.- El beneficio que vamos a obtener de ese negocio

Uno de los aspectos que más condicionan la elección entre ser Autónomo/a o Sociedad es el beneficio que vamos a obtener al final de cada ejercicio. Tanto si somos Autónomo/a como Sociedad, los impuestos más representativos son aquellos que afectan al beneficio. En el caso de ser Autónomo/a nos afectará el IRPF y en caso de ser Sociedad nos afectaría el Impuesto de Sociedades. 

Vamos a poner un ejemplo que a fin de cuentas es lo que más nos ayuda ver cualquier cosa. Pongamos el caso de que hemos facturado en todo un año 100.000 € y que hemos tenido de gastos deducibles 40.000 €. Por lo que tendríamos un beneficio de 60.000 €. 

Si fuéramos persona física tendríamos que tributar ese beneficio a través de la declaración de la renta. Lo que generaría una tributación media para ese beneficio de 45%. Y decimos tributación media porque dependiendo en qué Comunidad Autónoma estés pueden variar algo los tipos impositivos.

Sin embargo, si el  mismo caso lo llevamos a una persona jurídica, tendríamos que tributar un 25 %. Por lo tanto habríamos tenido un ahorro en impuesto de 12.000 €. 

Esto nos deja una primera premisa, y es qué sea cual sea el beneficio que obtengamos siempre tendremos que pagar lo mismo de impuestos. Concretamente un 25 %. Pero entonces ¿siempre nos conviene tributar un 25%?. Evidentemente no, ya que si los beneficios que obtenemos en vez de ser los 60.000 € que hemos puesto de ejemplo fueran 20.000 € la opción más ventajosa sería ser autónomo/a. Es por ello por lo que hay que hacer una análisis real y ajustado de las expectativas reales del proyecto, así como de la proyección del mismo. Lo que sí podemos es darte la cifra a partir de la cual la forma jurídica empieza a optimizar fiscalmente frente a la personalidad física. Esto se produce cuando obtienes beneficios superiores a 43.000 €.

2.- La envergadura del propio negocio

La segunda de las variables que condicionan la elección entre Persona Física (Autónomo/a) o Persona Jurídica (Sociedad) es la envergadura del proyecto en el que nos vamos a embarcar. No es lo mismo montar un negocio en el que estamos nosotros solos trabajando desde casa en un comienzo, a montar un negocio en el que necesitemos una nave, maquinaria y 25 trabajadores. Tampoco es lo mismo comenzar un proyecto en un sector con poco riesgo. A comenzar en sectores donde hay que ser cautos a la hora de gestión de riesgo. Emprender en el sector de la construcción en obra pública o colaborando con empresas grandes implica una gestión mayor del riesgo de un posible impago o no ya impago pero si una tardanza del mismo. Por lo que en esos casos limitar ciertas responsabilidades con la figura de la Personalidad Jurídica reviste una importancia mayor que en otros casos. Quizás esta sea la variable más subjetiva de las tres. Puesto que puede estar muy condicionada con las vivencias y experiencias que tengamos con anterioridad. 

3.- Que nos lo exijan legalmente

Por último hay ocasiones en que la ley nos obliga a comenzar un negocio otorgándole la Personalidad Jurídica al mismo. No son muchas las ocasiones en que eso ocurre, pero las hay. 

Conclusión

Elegir entre ser persona física o jurídica para comenzar un negocio está condicionado por distintas variables. Para las cuales tenemos que tener en consideración facturación, posibles beneficios, envergadura del negocio, proyección, sector, etc. Aunque todo no termina aquí. Una vez que hemos decidido si constituirnos como sociedad o no tenemos que decidir qué tipo de sociedad es la más aconsejable

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